En contra de lo que cuentan los escritos de la época, Alejandro Magno no murió en el palacio de Nabucodosor II en Babilonia, sino que consiguió escapar de las conspiraciones urdidas contra él y se retiró a una aldea en las montañas de Cachemira, junto a Roxana, hija del mismo Rey Darío, y el hijo de ambos, Alejandro IV.
Diez generaciones después, Gita, descendiente directo del gran Alejandro Magno, es un joven inquieto cargado de curiosidad y deseoso de experimentar nuevas sensaciones. Todo cambia con la la llegada de Saray, una embajadora andalusi, quien trae noticias de al-Andalus, el paraíso terrenal. Con su llegada Gita se da cuenta que tiene un legado por cumplir, uno que cambiara el mundo para siempre.
El joven decide viajar desde la India hasta Córdoba. A lo largo de esta aventura visitará ciudades míticas del Oriente Medio y el mundo Mediterráneo. Gracias a su encanto y aptitudes forja relaciones con poetas, guerreros, princesas, faraonas, emperatrices, califas y otros personajes legendarios de la época quienes son claves en su supervivencia. En la búsqueda de su legado, Gita aprende el verdadero significado de la lealtad, la amistad y el amor, pero también del dolor, la traición y la violencia.
El legado del príncipe de Cachemira es una aventura trepidante y pasional, cargada de erotismo, en la que se entremezclan hechos históricos y ficticios hasta conformar una intensa historia que despertará sentimientos, en ocasiones contrapuestos, en el lector y que no dejará indiferente a nadie.
Reseñas
Cuando llegó a mis manos El legado del príncipe de Cachemira tuve ciertas dudas respecto a la obra que tenía ante mí porque Reza Emilio Juma había decidido enfrentarse al reto de escribir una novela histórica en toda regla, algo bastante osado para un escritor que se está iniciando en el mundo de la literatura.
Pese a esto, tengo que recalcar que El legado del príncipe de Cachemira es una novela histórica que no es que haya cumplido a la perfección todas mis expectativas, sino que también las ha superado.
En este libro Reza nos relata la vida de Gita, un joven príncipe de Cachemira que viajará de las profundidades de la India hasta la floreciente Córdoba andalusí del siglo X. ¿Y por qué lo hace? Pues lo hace con el único objetivo de encontrar su legado. Para ello el escritor ha tenido que construir una atmósfera medieval muy conseguida, creíble y palpable. Esto lo podemos observar durante el viaje de Gita por Oriente Medio, pero es durante el periplo del protagonista por el Mediterráneo y, principalmente, por las ciudades andalusíes donde impregna al lector de esa atmósfera medieval.
La parte histórica de esta aventura está muy bien argumentada, lo cual demuestra una enorme documentación e investigación previa por parte del autor. Es obvio que ha habido un arduo trabajo de indagación antes de empezar a escribir. Esta parte real consigue un buen telón de fondo para que la historia que nos narra Reza parezca verosímil, pese a que en ella aúna tanto personajes míticos y hechos reales como acontecimientos ficticios y figuras inventadas. Para ello el autor ha utilizado un narrador en primera persona, Gita, que a la vez es el protagonista del libro. Pero Gita aparece rodeado de una serie de personajes secundarios y de otros personajes extras que dan veracidad y sociabilizan al personaje protagonista.
En este libro el lector no va a encontrar un vocabulario artificial y rebuscado, ni estructuras gramaticales enrevesadas, ni tan siquiera recursos estilísticos demasiado complejos. No hay nada de eso en esta lectura. Pero tampoco es necesario. La narración es amena y llena de acción. Las descripciones utilizadas son detalladas pero, eso sí, sin caer en una densidad y espesura que pudieran hacer pesada y aburrida la lectura. Y los diálogos son precisos y llenos de significado. Con ello el autor ha conseguido obtener una lectura ágil, directa y placentera.
Para concluir me gustaría decir que está bien leer a grandes escritores de la literatura universal. Eso es apostar sobre seguro. Pero mejor aún es descubrir nuevos talentos emergentes que valgan la pena. Y creo que este es el caso de Reza Emilio Juma. El legado del príncipe de Cachemira es una lectura altamente recomendable tanto para aquel que es un enamorado de la novela histórica como para el que no lo es. A mí me ha agradado mucho y me ha ayudado a pasar un rato realmente entretenido.
Reseña de “El legado del príncipe de Cachemira”
Esta ha sido la segunda novela que he leído de Reza Emilio Juma. La primera fue Mil Besos, una novela sobre la búsqueda de un sueño y del amor. Y aunque El legado del príncipe de Cachemira sigue una línea similar, en la que un personaje en primera persona, Gita, narra sus aventuras en busca de su legado, me ha complacido enormemente ver la diferencia estética entre una novela y la otra. En mi opinión, ha logrado mantener todo aquello que le da autenticidad y estilo (como sus impecables datos y curiosidades históricas, su prosa particular nacida en el hecho de que el español sea su segunda lengua, y sus momentos de filosofía y erotismo), añadiéndole una mejora notable en ciertos aspectos narrativos.
Las descripciones me han llamado particularmente la atención. Han subido a otro nivel de matización y detalle, especialmente las de escenas eróticas (muy abundantes), que te hacen sentir en la piel del propio Gita: un personaje semi-divino, de gran carisma, físico hercúleo y principios morales sólidos, que adora practicar kamasutra con el objetivo de fortalecer su cuerpo, mente y espíritu, siempre con un enorme respeto por las mujeres.
También se aprecian diferentes juegos narrativos en los que el autor engaña hábilmente al lector. De esta manera no solo logra encogernos el corazón en algunos momentos clave, sino que otorga gran verosimilitud a la obra utilizando una narración juguetona que encaja perfectamente con la personalidad de Gita (quien hace de narrador).
La trama presenta una estructura lineal que abarca un enorme plazo de tiempo. En la novela, el propio Gita, descendiente de Alejandro Magno, nos cuenta como conoce a una hermosa andalusí llamada Saray, que le habla sobre las maravillas del nuevo centro neurálgico del mundo: Córdoba, y sobre el legado de Gita, un legado que cambiará el curso de la historia. Saray marca el punto de giro vital en la trama, pues impulsa a Gita a abandonar el Valle de Cachemira, donde vive plácidamente con su familia de semidioses, para salir en busca de su legado, que se va desentramando sutilmente a lo largo del vasto viaje.
Para llegar del Valle de Cachemira al que se supone es su destino, Córdoba, debe recorrerse medio mundo, y esto le ofrece al autor una dulce oportunidad para hablarnos de la historia viva de distintos países y ciudades. También trata temas tan importantes actualmente como las religiones, sus diferencias y lo que a lo largo de la historia han provocado a la humanidad y mediante algunos cameos, nos muestra el origen y desarrollo de algunos personajes históricos de vital importancia. A través de Gita, Reza crea y destruye leyendas, nos muestra la pobreza y la abundancia, el amor y el odio, la libertad y la esclavitud, la fraternidad, la libertad sexual y la importancia de rodearse a uno mismo con buenos amigos.
En definitiva, un canto épico a la vida, al pasado y al futuro, a lo fantástico y a lo real, en el que el centro neurálgico es el propio Gita, un hombre cuyo legado cambió el curso de la historia.